domingo, 7 de agosto de 2016





DIARIO DE CAMPO


Historia de Katherine



La familia Cruz Castro, es reconocida porque les guste el licor. Cuando el señor Carlos Cruz estaba vivió, tenía como costumbre realizar el rezo del niño el día 31 de diciembre antes de que se diera inicio al rezo primero se repartía entre los asistentes un traguito de licor y una vez terminado el rezo seguía la celebración de fin de año donde había diversas comidas y tragos. A raíz de que todos o la gran mayoría de los asistentes se emborrachaban terminaban peleándose entre ellos sin importar que fueran familia. La señora Haydee Castro cada vez que se emborrachaba le daba por cantar la canción de la cucaracha y bailar con la escoba.
Los hijos mayores de la familia tomaban muy seguido y quedaban dormidos en cualquier parte y el hijo menor era el que tenía que salir a buscarlos.

Fuente: Z. Molina Cruz, comunicación personal, 7 de agosto de 2016.






Historia de Carolina


Procesiones del Barrio El Carmen


El Sr. Alfredo Guillen nos contó la historia de las procesiones que solían hacer en el barrio El Carmen. Resulta ser que hace como 40 años, era una tradición realizar las procesiones del barrio. Curiosamente conseguían un sacerdote de otro barrio, y las personas del barrio El Carmen organizaban todo el desfile.

Nunca nadie entendía porque los ´´borrachitos´´ del barrio siempre eran parte de la organización, lo cual nunca se cuestiono mucho y más bien pensaban que era bueno que se involucraran en las cosas de Dios. Un día uno de los niños que participaba siempre, se dio cuenta que en la tabla de madera, donde podían a las vírgenes para ser transportadas, tenían una doble tabla que simulaba como un cajón, y ahí ellos solían meter sus botellas de guaro, bueno las pachas.
El día que este niño apodado ´´Chapín´´ dejo esto en evidencia, el sacerdote que solía colaborar, dejo en claro que nunca más contaron con él, por lo que en la barrio siguió la tradición, eso si, sin involucrar a ningún sacerdote. Ellos simplemente siguieron haciendo la procesión con las estatuas e imágenes.


Fuente: A.Guillen, comunicación personal, 7 de agosto de 2016.



Historia de Gloriana

Cuenta la señora (Flora Serrano Murillo) que en San Luis de Sabanilla de Alajuela, había un niño que desde muy pequeño perdió a sus padres y quedó con sus hermanos mayores pero al verse solo sin sus padres comenzó a andar en las calles y juntándose con amistades no muy buenas que lo llevaron a andar por el camino equivocado. Al pasar el tiempo dicen que comenzó a deambular por las calles tocando las puertas del pueblo donde sabía que los señores dueño de las casas tenían guaro de contrabando para que le regalaran. Porque cuentan que era bueno para tomar agua de sapo, la gente le regalaba ese guaro y él feliz caminando de un lado para el otro por las calles del pueblo y quedando dormido en los caños. Dice la señora que le dicen el loco Alvarado como comenzó tan joven a tomar licor ya sus neuronas no andan muy bien y dice muchas incoherencias cuando habla, se le veía ahí por el pueblo todos los días con su mirada pérdida. Tiempo después me cuentan que de andar tanto en las calles del pueblo se le apareció una imagen de San Pancracio en medio de las oscuridad y él cuenta que el Santo le dijo que debía salir de ese abismo en donde se encontraba, entonces decidió buscar ayuda y hoy por hoy cuenta él mismo que si no viera sido por San Pancracio él estaría perdido o  tal vez hasta muerto.


Fuente: F. Serrano, comunicación personal, 06 de agosto de 2016.




Historia de Juan Andrés

San Genarín “El Santo de los Borrachos”


Tendría yo alrededor de 12 años poco mas poco menos recuerdo que en ese entonces mi tía - Martha Morales que de Dios goce, era en lenguaje muy tico buena pa echarle no respetaba si era guaro fino o de potrero es más pa no cansarlo con el cuento se tomaba hasta las colonias del marido.

Cuenta la historia que hace 40 años atrás en el pueblo de San Rafael de Alajuela, cada Jueves Santo se reunían un pequeño grupo de personas para celebran a San Genarín el protector de los borrachos.

Dicha reunión constaba en una procesión clandestina del santo por todas las calles del pueblo, que se realizaba paralelamente a la procesión del Santo Vía crucis vale decir que en el recorrido iban por decirlo así bañando al Santo con guaro, según decían si nosotros tomamos el santo también.

Los “borrachines” que celebraban al santo se encargaban de ir puerta por puerta solicitando alguna bebida alcohólica que quisieran regalarles, muchas veces las personas del pueblo eran generosas y de les regalaba bebidas finas, otras veces recibían alcohol de contrabando.
Cada bebida alcohólica que recolectaban era mezclada en un barril de madera, para preservar su sabor durante todo el recorrido. Al final de la noche la fiesta culminaba en la plaza del pueblo, donde se bailaba y tomaba en honor al santo.
Las riñas por las bebidas alcohólicas reinaban en la noche, pues el orgullo de la fiesta era quien lograba consumir más licor y mi tía no escapaba de estos excesos tanto así que muchas veces la vi caer en la calle y mi pregunta era la misma – Tía no le da miedo que le pase algo por estar ahí tarada? y su respuesta también era la misma – No mi chiquita Genarín es quien me cuida.

Esta fiesta a San Genarín no es una fiesta pagana ni hace burla al mundo católico, es una forma de celebrar la vida después de la muerte de los creyentes al santo.

Fuente: L. Chavarria, comunicación personal, 05 de agosto de 2016.



Historia de Hazel


Como parte de las tradiciones del Cantón de San Ramón  de Alajuela, cada treinta de agosto, los provenientes de todos los rincones de San Ramón se reúnen en el templo católico para celebrar al patrono de este cantón Alajuelense: San Ramón Nonato.
Cada comunidad se une a la celebración  con su santo con música y cantos desde la salida de los barrios.  Guillermina Araya, nos comenta una experiencia relacionada a este evento, donde el alcohol se hace presente en la misma.

Fuente: G. Araya, comunicación personal, 07 de agosto de 2016.


Historia de Maite


Cuenta la leyenda que a los abuelos de la familia Mendoza y Bolaños, le gustaba mucho andar por las calles en las noches, dicen los del pueblo que siempre se escuchaban muy animados, y lo más curioso de todo, decían que cuando llegaban a la casa anunciaban que venían con su mejor amigo, un perro que se encontraban cada tanto!


Cuentan por ahí que aparentemente a los abuelos les encantaban echarse uno traguitos, para sentirse más felices decían ellos, pero lo más curioso es qué un día en una, salimos a recibir al abuelo Mendoza y él decía que venía con su mejor amigo, pero cuando él se acercaba, nadie venía con él, no se veía ningún perro. Aparentemente lo que dicen es qué era el cadejo, quien le salía a aquellos que les gustaba andar de borrachitos por ahí. Nunca nadie de la familia pudo corroborar al dichoso perro, pero siempre los abuelos recalcaban que en vez de darles susto, se sentía protegidos.

Fuente:E. Mendoza, comunicación personal, 07 de agosto de 2016.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
  • Gabriela Carvajal, (2015). Conceptos de literatura Carvajal.Consultado 01 de Agosto de 2016 https://mgabyce.blogspot.com
  • Anónimo (s/f) .El costumbrismo, características y representantes (1828 - 1848), consultado 05 de agosto 2016 http://literaturauniversal.carpetapedagogica.com/2013/02/el-costumbrismo-1828-1848.html
  • Sinart (s/f) . Cuentos y leyendas, de Ricardo Fernández Guardia – Un Santo Milagroso. Consultado 05 de agosto 2016 http://www.sinart.go.cr/audioteca/item/ricardo-fernandez-guardia-un-santo-milagroso
  • Cuentos Ticos, Un Santo Milagroso, consultado el 15 de julio del 2016, de https://egotunos.wikispaces.com/file/view/Un+Santo+Milagroso.docx
  • Ricardo Fernandez Guardia, 2016, consultado de http://www.ecured.cu/Ricardo_Fern%C3%A1ndez_Guardia)



CONCLUSIÓN



Con la realización de este trabajo, nosotros como grupo pudimos sentirnos más cerca de las historias de nuestra ciudad, y así sentirnos parte de la misma tanto cultural, como históricamente. Nos llamó la atención ver como muchas veces las personas dan por hecho algo simplemente por lo que la gente dicen, pero no se toman el tiempo para analizar los hechos y ver qué es lo que realmente ocurre.

Fue curioso ver como en el ámbito religioso, es más difícil poner objeciones o simplemente intentar decir que algo no es lo que parece. Muchas personas religiosas solamente creen y listo, lo cual está bien, pero imaginamos que un caso como este, que ligaron el alcohol con algo religioso, ha debido ser un caos.

Como grupo por un momento logramos sentir que estábamos en esa época, dejando volar nuestra imaginación y diciendo que hubiéramos hecho si estuviésemos en el momento. Lo más seguro hubiéramos celebrado al igual que los del barrio, cuando pudieron darse cuenta cual era la verdad, y entender lo que por muchos años les llamo la atención. 

Por último, es importante recalcar que el autor Ricardo Fernández Guardia expone la incapacidad del campesino para practica la religión católica de manera civilizada.


COSMOVISIÓN


La cosmovisión del cuento Un Santo Milagroso, que es la visualización del mundo que hace el autor en la obra, en este caso se puede apreciar desde diferentes puntos como lo es la parte religiosa, social, política y cultural.

Con respecto a lo anterior, en el ámbito religioso se expone la imagen de un santo San Jerónimo que hacia cosas extraordinarias en los habitantes de San Pedro de la Calabaza y de la Sabanilla. Dicho santo no podía faltar en los rosarios, velas de angelitos ni en cualquier otra festividad.

A lo que se refiere el contexto social se puede ver que en cada festividad o actividad donde estaba presente el santo, siempre terminaban en escándalos, borracheras, machetazos y puñaladas, la principal causa de esto se debía que los creyentes cuando adoraban al santo le besan el pie izquierdo ya que del destilaba un chorrito de aguardiente de contrabando.

En la parte política es cuando el gobernador le pide ayuda al cabo Pedro Villalta para buscar la imagen de San Jerónimo, para encontrar la respuesta de que por cuando el santo estaba presente en una celebración esta siempre terminaba en pleitos.


En cuanto lo cultural se presenta en las festividades con las bombas, los cohetes, con la música de la cimarrona. Y con las comidas que se repartían durante la festividad que son rosquetes, quesadillas, pan dulce, bizcochos y empanadas.






RECURSOS LITERARIOS PRESENTES EN LA OBRA LITERARIA

Paratextos:

Vemos que en el titulo ¨Un Santo Milagroso´´, las personas relacionaban que cada vez que había una actividad en su nombre ocurrían cosas milagrosas, más bien extrañas para decir verdad. Nadie lograba entender el poder que tenía este santo, que cada vez que alguien se hincaba ante él, empezaba a actuar extraño.
Ej.: ´´Lo que preocupaba a las autoridades provinciales era algo más grave, era el número creciente de escándalos y pendencias que surgían al paso del santo, el cual iba dejando tras de sí una huella de sangre.´´ (Fernández, 1901, parr  3)

Intertextos: 
Religioso: el mayor intertexto que vemos mas sobresaliente será el de San Jerónimo, que a pesar de ser lo principal del cuento, al ser un santo, es algo relacionado con la Fe de los católicos y la relación de Dios con la biblia.
        Por otro lado se puede mencionar a Juan Santamaría, los Pueblos de  Puntarenas, Barrio San José, etc. 

Figuras Retóricas:

Ironía: ´´No tenga usted cuidado, señor; yo me encargo de traerle el santito ese´´
Dieron a entender con que realmente no era algo tan bueno a la hora de decir ´´santito´´, en diminutivo y casi despectivo.

Hipérbole: ´´Al oír esto, el atribulado funcionario vio los cielos abierto´´ 
Sintió una gran felicidad, de manera exagerada comparando con que vio que se le abrieron los cielos.

Personificación: ´´También hay que andarse muy listo, porque son más malos que el Pisuicas´´.
Comparaban a los hombres con la maldad del ´´Pisuicas´´, ósea el diablo.
   

Hipérbole o personificación:  ¡San Jerónimo sangraba guaro!
Este ejemplo es muy complejo y podríamos decir que el más sobresaliente de todo el cuento. Podemos ver como puede ser una hipérbole, porque el santo, al no tener vida, no puede sangrar, ni muchos menos guaro. Y la personificación, porque le atribuyen a un santo, el sangrado.

Símbolos:
Podemos definir símbolos como “una figura retórica semántica que consiste en la utilización de un objeto real para referirse a algo espiritual o imaginario o simplemente para evocar otra realidad.” (Carvajal, 2016, Literatura Latinoamericana y Costarricense )

En un Santo Milagroso encontramos:
-El Santo: representa la fe de los Alajuelenses
-La Fe: la gente era muy devota
-El aguardiente dentro del santo: la gente le besaba los pies creyendo que les cumplía milagros o se sentían mejor

Imágenes:

“El gobernador resolvió entonces cortar por lo sano, ordenado a los jefes políticos y demás subalternos que aprehendiesen a San Jerónimo a todo trance y sin pérdida de tiempo” (Fernández, 1901, parr 3.)
Se le da al santo cualidades humanas al indicar que se le debe aprehender y se le culpa de los múltiples desordenes que provoca a su paso.
“Había quien dijera que más de una docena de hombres, entre guardas fiscales y otros, dormían el sueño eterno por obra suya” ( Fernández. 1901, parr 20.)
Referencia a un asesino a sangre fría que ya tenía muchas muertes a su haber.
“Muchacha más hermosa no se hubiera podido hallar en La Sabanilla ni en San Pedro; y así vestida con su camisa escotada llena de lentejuelas y su saya de lana azul con volantes, era una fruta agreste y apetitosa.” ( Fernández, 1901 parr.43)
Las frutas agrestes normalmente hace referencia a frutos de difícil acceso y que no están domesticados.

“En poco tiempo había cundido por una parte de la provincia de Alajuela, la fama de una imagen milagrosa de San Jerónimo, de la que se contaban cosas extraordinarias, por no decir milagros.” (Fernández, 1901, parr 1.)
Resalta el poder con el que contaba el santo San Jerónimo para realizar milagros y cosas extraordinarias (símbolo de santidad)

Narrador:
Existen varios tipos de narradores en ese cuento los cuales son:
  • Narrador omnisciente: es el que conoce la historia y nos cuenta lo que ocurre en el interior de los personajes, o sea sus pensamientos, deseos, sentimientos. Un ejemplo de este narrador es: “Los vecinos de San Pedro de la Calabaza y de la Sabanilla se mostraban particularmente entusiastas, y la reputación del santo llegaba ya hasta la propia capital de la provincia, donde, para decir verdad…” (Fernández, 1901, parr 1.)
Personajes:
  • San Jerónimo: escultura de madera coloreada, era objeto de culto y de persecución, se creía que hacia cosas extraordinarias por no decir milagrosas
  • Pedro Villalta: cabo de resguardo de Hacienda, se encarga de ir a encarcelar al santo
  •  Gobernador: quería encarcelar al santo, telegrafiaba a las autoridades subalternas para que lo encarcelaran
  • Doctor Pradera: amigo del gobernador, cree que el santo no existe y es un invento de los “sampadreños”, realiza una apuesta con el gobernador
  • Juan Rodríguez: bueno y valiente, nuevo en el cuerpo de policía, Pedro Villalta le tiene mucho afecto, descubre que por el dedo de la imagen de San Jerónimo salía agua ardiente
  • Los Arias: contrabandistas, son los más malos de Costa Rica
  •  Ñor Juan Carvajal: hombre rico, celebraba muchas fiestas en su casa
  •  Ña Dominga: esposa de ñor Juan Carvajal
  •  Maria Carvajal: sobrina de ñor Juan, José Arias se enamora de ella
  • José Arias: mocetón alto y robusto, de veinte y tantos años, se conocía por ser agresivo y que cuando le gustaba una muchacha se la llevaba en su caballo, sin impedimento alguno
  • Vecinos de San Pedro de la Calabaza y de la Sevilla: el pueblo que celebraba y “adoraban” a San Jerónimo, siempre asistían a las celebraciones de esta santo
Espacio:
  • Espacio físico: Lugar donde se desarrollan los hechos.
La obra se centra específicamente en Alajuela. Sin embargo menciona lugares pertenecientes y no pertenecientes a esta provincia;  Barrio San José, Sabanilla, San Pedro de la Calabaza y Carretera a Puntarenas .“Ostensiblemente habían tomado esta dirección al salir de Alajuela al anochecer; pero cuando llegaron a medio camino del barrio San José, el cabo detuvo su caballo y dio la orden de volver atrás.”(Fernández, s/f, parr 13.)
  • Espacio Económico: Hace referencia al status y nivel económico, por ejemplo Ñor Juan quién financiaba fiestas en su casa, era un señor muy adinerado.
  • Espacio sentimental: Se trata de los diferentes sentimientos que expresan los personajes. 
“-¡Ah coyotes!-gritó soltando a la muchacha que temblaba de miedo-Ahora van a ver quién es José Arias.” (Fernández, 1901, parr 47)
  • Espacio Jurídico: Se presentan hechos relacionados con la justicia
“En el juzgado del crimen se tramitaban varias causas por homicidio.” (Fernández, 1901, parr 3)
  •  Espacio político: Se presentan hechos relacionados con la política, y en el cuento, se menciona al gobernador y sus mandatos, además de jefes políticos y subalternos.
  •  Espacio religioso: Trata temas de valores, religión y ética de los personajes. La obra se enfoca en un tema religioso y por tanto de devoción, que en este caso es para el "Santo San Jerónimo"
“En poco tiempo había cundido por una parte de la provincia de Alajuela, la fama de una imagen milagrosa de San Jerónimo, de la que se contaban cosas extraordinarias, por no decir milagros.” (Fernández, 1901, parr 1)

Acontecimientos:

Son los hechos o sucesos que ocurren en el mundo narrativo; “un santo milagroso” narra cómo en una comunidad rural de Alajuela se le levanta una orden de captura a una imagen de San Jerónimo, ya que en todos los rezos y actividades similares a los que se llevaba, terminaban en riñas, disputas y altercados, donde había heridos y hasta homicidios. La imagen dejaba, un rastro de sangre a su paso. Cuando se captura al santo, se descubre que la imagen tenía en el dedo gordo del pie (el mismo que le besaban los campesinos) un mecanismo que liberaba guaro de contrabando.
Los gamos son animales parecidos a los venados y que se caracterizan opor su agilidad y rapidez
“En poco tiempo había cundido por una parte de la provincia de Alajuela, la fama de una imagen milagrosa de San Jerónimo, de la que se contaban cosas extraordinarias, por no decir milagros.” (Fernández, 1901, parr 1)

Tiempo Cronológico:
La historia fue escrita para el año 1901,  y ambientada para ese período, en la provincia de Alajuela específicamente en los poblados del norte de lo que hoy se conoce como Alajuela Centro, representa tradiciones muy costarricenses como las fiestas de los pueblos y los rezos en las casas, en ese entonces era muy común el consumo de bebidas alcohólicas principalmente de fabricación casera y que por supuesto no solo alegraban a las personas más de la cuenta si no que las intoxicaba y les daba un estado mental confuso y aunque las autoridades buscaban como acabar con el problema como es la costumbre hasta hoy en día siempre habrá personas buscando como romper las reglas, en el caso del cuento con un santo que les proporcionaba su ansiada bebida.

Valores:
En el cuento Un Santo Milagroso podemos ver diversos valores como los son:
  • Laboriosidad: es la afición de satisfacción por el trabajo. Lo podemos ver reflejado cuando al cabo lo manda el gobernador a buscar la imagen de San Jerónimo.
  • Tolerancia: actitud de la persona que respeta las opiniones, ideas o actitudes de las demás personas aunque no coincidan con las propias. Se hace presente en el cuento cuando las personas tiene que soportar o ver los pleitos que armaban los borrachos.
  • Patriotismo: es el sentimiento de amor a su patria que propicia a su apego a la tierra, sentido de pertenencia e identidad nacional. En el cuento se representa al campesino de la época.
  • Adoración: es la capacidad de asombro y deleite frente a aquellas cosas que de alguna forma son maravillosas. La adoración que tienen los habitantes para san Jerónimo.
  • Prudencia: capacidad que poseen los hombres para orientar su actuación en base al uso de la razón. Cuando los guardas iban para La Sabanilla y decidieron dar la vuelta para que los contrabandistas no pudieran ser avisados de la llegada del resguardo.

Moraleja:
  • El cuento Un Santo Milagroso, nos deja como moraleja las consecuencias que conlleva el beber licor, ya que entre sus efectos, las personas pueden reaccionan de forma violenta como de describe en la obra, que cada festividad terminaba en escándalos, machetazos y puñaladas.
  • En la actualidad todavía se puede ver que en las festividades, rezos se da el consumo de alcohol, y por ende se dan pleitos entre los asistentes, o peor aún muchas veces son las mujeres que tienen que sufrir de las consecuencias ya que son víctimas de violencia domestica que puede terminar en la muerte de mucha de ellas.
  • Las persona deben de ser consientes cuando van a beber licor que sea lo mínimo, para poder evitar situaciones de violencia.



GÉNERO Y MOVIMIENTO LITERARIO



Género: Cuento

“Es una narración en prosa, fingida en todo o en parte y cuyos elementos (acción, ambiente y personajes) producen un solo efecto en el lector o receptor” (Carvajal, 2016, “Literatura Latinoamericana y Costarricense”)


La obra analizada cumple con las características mencionadas anteriormente. Además de estar escrita en prosa, cuenta con pocos personajes; San Jerónimo, El Gobernador, Pedro Villalta, Juan Rodríguez y Los Arias, por último produce un sólo efecto en el lector, donde el tema se centra en el Santo y lo que el mismo siempre provoca con su presencia.


Movimiento: Costumbrismo

“Descripción de usos y costumbres, tanto en tono simplemente anecdótico y burlesco, como en afán de satanización y desprestigio. Critica los vicios sociales de la época, y se manifiesta como una literatura comprometida con el proceso social.

Tono satírico, festivo, zumbón y burlesco.” (El costumbrismo, características y representantes, s/f, parr 9)

De acuerdo a lo anterior, la obra se basa en la costumbre que tiene el pueblo de venerar a un santo, lo que se identifica con la característica anterior, que menciona que este movimiento literario describe costumbres. Por otro lado de igual forma se relaciona con el tema de que la obra tiene un contexto festivo, ya que de esta manera, a través de las fiestas, la gente veneraba al Santo Jerónimo.




CONTRATO


EXPONEN

1. Que el grupo que integramos; Hazel Araya Cubero , Juan Andrés Navarro Jiménez, Katherine Ríos Molina, Carolina Barquero Espinoza, Maite Mendoza Mendoza y Gloriana Ovares Serrano estamos interesados en la realización de la presente investigación y además en la disposición para realizarlo de la mejor manera conforme a lo que la ley dispone, evitando plagios o situaciones similares


CLÁUSULAS

1. Objeto del contrato; Establecer criterios que se deben cumplir en el desarrollo de la investigación, a fin de evitar inconvenientes y lograr un mejor desempeño en la misma.

2. Aspectos a cumplir;


● Los integrantes de la investigación deben de estar presentes en las reuniones que se fijen a fin de su realización, caso contrario debe notificar el motivo y cumplir con las obligaciones que se asignen a fin de recompensar tal ausencia.

● Todos los integrantes deben colaborar en el desarrollo de la investigación, caso contrario no se tomará en cuenta como un integrante de la misma y se le notificará a la profesora para que se tomen las medidas necesarias.


MISIÓN:

Gestionar de manera eficaz y eficiente todos los procesos necesarios en el desarrollo de la investigación de manera conjunta, adaptándola de acuerdo a lo solicitado, para así lograr un resultado positivo en la misma, donde los integrantes se vean beneficiados y cumplan con requisitos de la materia cursada.


VISIÓN:

Que la presente investigación sea catalogada como un proyecto de calidad, donde se abarque lo solicitado y se cumplan las expectativas de enriquecimiento personal y profesional por parte del docente y estudiantes.


INTRODUCCIÓN


Las costumbres y tradiciones de distintas regiones se consideran un símbolo representativo de cada una de ellas, donde se refleja parte de la identidad y cultura de sus pobladores a través de distintas actividades, que se llevan a cabo de manera cotidiana o no, y estas varían de un lugar otro.

De acuerdo a lo anterior tales costumbres se encuentran en las fiestas, en la forma de expresarse, comida e incluso religión. Cabe destacar que la religión no es una costumbre, sino las actividades que representan la misma.

Anteriormente se mencionó que dentro de la religión se ven reflejadas determinadas actividades que representan la misma, consideradas como costumbres. Dentro de la religión católica, se pueden mencionar algunos ejemplos de tradiciones católicas; veración de vírgenes, celebrar misa, venerar santos, entre otros.

Este último se puede considerar como una clase de elemento que varía según exigencias y necesidades del público, donde a través de milagros se manifiestan y velan por tales necesidades.

El presente proyecto, pretende realizar un análisis literario del cuento “Un Santo Milagroso”, el cual se llama San Jerónimo y es adorado por la comunidad que representa. En tal análisis se detalla aspectos como intertextos, figuras retóricas, símbolos, tipo de narrador, personajes y otros.

Por otro lado se denotará la visión del autor del mundo en la obra y se cita las bibliográfias consultadas.

Como último paso, se realiza un Diario de campo, donde cada uno de los integrantes del proyecto, expone y comparte distintas experiencias o historias que son de su conocimiento relacionadas con el cuento objeto de estudio y se adjuntan evidencias relacionadas a las mismas así como comentarios y reflexiones del proceso investigativo. La idea es que tal experiencia gire entorno familiar o personal del exponente.
Como plan continuo de aprendizaje este esfuerzo investigativo representa una experiencia que como universitarios hemos elaborado de una manera sistemática y con fines de enriquecimiento personal y desde ya asumimos la responsabilidad de sus fortalezas y debilidades.

UNIVERSIDAD TÉCNICA NACIONAL
UTN


Portafolio de Evidencias

CURSO:
Literatura Latinoamericana y Costarricense


Autor(es):

Hazel Araya Cubero 207390634
Carolina Barquero Espinoza 207300239
Maite Mendoza Mendoza 1 1606 0451
Juan Andrés Navarro Jiménez 206380201
Gloriana Ovares Serrano 2 056 0834
Katherine Ríos Molina 203530356
Gloriana Ovares Serrano 2 056 0834

Profesora:
Gabriela Carvajal Espinoza


Alajuela, Costa Rica


Agosto, 2016




jueves, 4 de agosto de 2016

Conozcamos un cuento costarricense, Un Santo Milagroso



              En poco tiempo había cundido por una parte de la provincia de Alajuela, la fama de una imagen milagrosa de San Jerónimo, de la que se contaban cosas extraordinarias, por no decir milagros. Los vecinos de San Pedro de la Calabaza y de la Sabanilla se mostraban particularmente entusiastas, y la reputación del santo llegaba ya hasta la propia capital de la provincia, donde, para decir verdad, tropezaba con bastante escepticismo; pero no se debe olvidar que los alajueleños, son incrédulos empedernidos. Tuvieran o no razón los conciudadanos de Juan Santamaría en mostrar desconfianza respecto de San Jerónimo, es lo cierto, que ya no rosario, vela de angelito ni otra fiesta alguna en que no hallara el santo de imagen presente. Todos se disputaban la honra insigne de hospedarlo, aunque fuese más que algunas horas, y sus frecuentes viajes eran triunfantes, en medio de lucido acompañamiento que no le escatimaba la música, ni los cohetes, ni las bombas.
A primera vista la imagen no presentaba ninguna particularidad saliente. Era una escultura tosca de madera coloreada, de poco más de un metro de altura. El santo, vestido con hábito de raso galoneado de plata, estaba lejos de tener el aspecto de un asceta; antes parecía uno de esos frailes barrigudos e incontinentes que han popularizado las cromolitografías. Pero este detalle en que sólo habían reparado algunos criticones y mal intencionados de la ciudad de Alajuela, no afecta en nada la devoción de sus adoradores, que no se hartaban de festejarlo ni de besarle los pies.
Las peregrinaciones constantes de San Jerónimo acabaron por llamar la atención de las autoridades y aun por alarmarlas; y no por causa de las manifestaciones de fanatismo grosero que provocaba la imagen en las gentes de los campos, que en esto siempre es mucha la tolerancia. Lo que preocupaba a las autoridades provinciales era algo más grave, era el número creciente de escándalos y pendencias que surgían al paso del santo, el cual iba dejando tras de sí una huella de sangre. Festejos donde él estuviera concluía mal de seguro; a machetazos y puñaladas casi siempre. En el juzgado del crimen se tramitaban varias causas por homicidio; los heridos eran muchos, los contusos una legión. El gobernador resolvió entonces cortar por lo sano, ordenado a los jefes políticos y demás subalternos que aprehendiesen a San Jerónimo a todo trance y sin pérdida de tiempo; pero todas las diligencias que se practicaron fueron vanas. El Santo se hacía humo después de cada una de sus travesuras, para reaparecer al cabo de algunos días, ya en un punto, ya en otro, cuando menos se le esperaba. Y seguían los escándalos, las borracheras y los machetazos.
Enojados por todo esto, el gobernador no cesaba de telegrafiar a las autoridades subalternas para estimular su celo, y éstas ya no tenían reposo buscando a San Jerónimo. Tal era la situación cuando Pedro Villalta, cabo del resguardo de Hacienda, dijo una tarde al gobernador, en momento en que se preparaba a salir a campaña con sus guardas:
-No tenga usted cuidado, señor; yo me encargo de traerle el santito ese.
Al oír esto, el atribulado funcionario vio los cielos abiertos y poco faltó para que diese un abrazo a Pedro Villalta; y como el cabo era viejo y muy matrero, aquellas misma noche anunció el gobernador en la tertulia que frecuentaba que la captura del santo era inminente, afirmación que fue recibida con mucha incredibilidad, provocando gran número de bromas y chascarrillos.
-El tal san Jerónimo no existe-afirmaba el doctor Pradera-. Es una invención de los sampedreños para ponerlos a usted a correr.
El gobernador amoscado contestó:
-Ustedes se reirán y dirán lo que quieran; pero desde luego les convido para que le hagan una visita al santo en el cuartel de policía.
-Pues yo apuesto una cena en contrario-exclamó alegremente el comandante de la plaza.
-Aceptado-dijo el gobernador.
++++
Mientras la primera autoridad de la provincia daba pruebas inequívocas de la confianza que en su habilidad tenía, Pedro Villalta y sus compañeros cabalgaban silenciosos por la carretera de Puntarenas.
Ostensiblemente habían tomado esta dirección al salir de Alajuela al anochecer; pero cuando llegaron a medio camino del barrio San José, el cabo detuvo su caballo y dio la orden de volver atrás. Los guardas, acostumbrados a esos manejos, obedecieron sin chistar. De regreso evitaron la ciudad, siguiendo las rondas completamente desiertas, y dando un rodeo fueron a parar al río Maravilla. Una vez del otro lado del puente, el cabo dijo:
-Ahora, a La Sabanilla.

Después de un rato de camino, Juan Rodríguez, , especie de Hércules, bonachón y muy candoroso, hizo una pregunta:
-Cabo, si vamos a La Sabanilla, ¿ por qué hemos dado esta gran vuelta?
Sonaron risas; pero Villalta, que quería a Juan Rodriguez, por bueno y valiente, le explicó con benevolencia que ese rodeo tenía por objeto evitar que los contrabandistas pudieran ser avisados de la llegada del resguardo, Juan, que era nuevo en el cuerpo, se sintió lleno de admiración por la astucia de su jefe.
-Esas gentes tienen espías y amigos en todas partes-prosiguió Villalta-, pero conmigo se friegan porque conozco todas sus cábulas.
Esta vez pienso traerme la saca  de los Arias.
Al oír este nombre los guardas aguzaron las orejas. Los Arias eran los contrabandistas más temibles del todo el país. De los tres hermanos, José Ramón y Antonio, no se sabía cual era peor. Todos ellos se habían hecho famosos cometiendo fechorías inauditas y dando pruebas de un valor temerario en sus encuentros con el resguardo y en el sinnúmero de pendencias que suscitaban por donde iban; y había quien dijera que más de una docena de hombres, entre guardas fiscales y otros, dormían el sueño eterno por obra suya. A pesar de tantas atrocidades, nadie pudo nunca echarles garra y los tres hermanos continuaban ejerciendo tranquilamente su productiva industria, porque no sólo destilaban aguardiente en una barranca inaccesible de La Sabanilla, sino que también metían de contrabando gran cantidad de coñac, armas y municiones, pasando los bultos por las mismísimas barbas del resguardo del río San Carlos.
-Quiénes son esos Arias?- volvió a interrogar Juan Rodríguez.
-Los Arias son los peores bandidos que hay en Costa Rica. No permita Dios que te encuentres nunca con ellos-le respondió uno de los guardas.
-Yo no tengo miedo a nadie, replicó con sencillez el Hércules bonachón.

-Eso me gusta, Juan-Dijo el cabo que conocía la bravura de su subalterno-.Pero con los Arias no basta tener mucho valor y muchas fuerzas; también hay que andarse muy listo, porque son más malos que el Pisuicas.
Entretenidos en estas pláticas llegaron a Itiquís a eso de las nueve de la noche. El cabo, que iba de los últimos con Juan Rodríguez, sintió los pasos de un caballo que venía dando alcance y pronto se les puso a la par. Villalta interpeló al jinete cuya presencia se adivinaba, porque no era posible distinguirlo, tal era la oscuridad de la noche.
-¿Hacía dónde camina, amigo?
 -Voy a La Sabanilla, ¿y  ustedes?
-Nosotros vamos aquí cerca.
-¡Qué lástima! Hubiéramos podido hacer el viaje juntos hasta la vela esta noche.
-Sí, y dicen que va a estar muy bonita…Buenas noches, señores
-añadió el jinete adelantándose.
-Dios lo lleve con bien amigo-le contestó Villalta.
Y cuando se hubo alejado, agregó entre dientes: “Esta noche pescamos algo. Ese viejo zamarro de ñor Juan Carvajal, no es la primera zorra que se pela.
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Muy lucida estaba la vela de ñor Juan Carvajal, como todas las fiestas que se celebran en su casa, porque a más de rico, era rumboso; pero aquella noche había querido sobre el altar improvisado, lleno de cirios y flores artificiales. Al anochecer había principiado el reventar de las bombas en el corredor de la casa y desde fuera subían los cohetes con fuerte resoplido, trazando en el cielo un largo surco de oro candente. Luego traqueaban arriba con estallido seco repercutía por valles y montes, proclamando a varias leguas en contorno la gloria de San Jerónimo y la generosidad de su anfitrión.
Pasados los rezos, que fueron largos, comenzó el baile con una mazurca que tocaba una música cimarrona compuesta de pistón, clarinete y sacabuche haciendo uno de estos ruidos que no se te olvidan nunca cuando se han oído una vez. No bailaban menos de veinte parejas en la sala, muy adornadas con ramas de uruca y tallos de plátano en las puertas y ventanas. En la pieza vecina, sobre una mesa cibierta de un mantel inmaculado, había gran cantidad de galletas, rosquetes, quesadillas y pan dulce, sin contar dos grandes azafates lenos de biscochos y empanadas. Mientras bailaban los jóvenes, las personas mayores que habían rezado a conciencia, iban echando alguna cosilla al estómago, con acompañamiento de café o chocolate. Muchos de los convidados habían hecho un alarga jornada para venir desde su casa a la de ñor  Juan, situada en pleno campo y a buena distancia de todo lugar poblado, las mujeres en carreta, los hombres a caballo o a pie.
 Concluida la mazurca, ña Doninga, mujer de ñor Juan, circuló con una bandeja llena de cigarrilos de papel blanco, poniéndose a fumar todos los concurrentes. Enseguida empezó una extraña ceremonia.
“Señores-dijo el dueño de la casa-adoremos al santo”. Uniendo el gesto a la palabra, se acercó a la imagen, y postrado ante ella, le besó largamente un pie. Todos los hombres, uno tras otro, hicieron lo mismo. Las mujeres se mostraron mucho menos entusiastas y sólo hubo cuatro o cinco que besaban el pie del bienaventurado. A la mazurca sucedió un vals y a éste otra mazurca, alternando las piezas de música con otras tantas adoraciones del santo; y ¡cosa inaudita! Los hombres se iban achispando sin beber, porque en toda la casa apenas habían tres botellas de guaro mixturado para las mujeres.
Entre las presentes estaban más de cuatro con muy buen palmito, pero ninguna podía rivalizar con María Carvajal, sobrina de Ñor Juan.
Muchacha más hermosa no se hubiera podido hallar en La Sabanilla ni en San Pedro; y así vestida con su camisa escotada llena de lentejuelas y su saya de lana azul con volantes, era una fruta agreste y apetitosa. Todos los galanes presentes zumbaban en torno de aquel plato de miel pero casi ninguno conseguía acercársele, porque allí estaba el novio de la muchacha, hombre celoso y de pocas pulgas, que sólo le permitía bailar con amigos de su confianza, guardándola para sí casi siempre. Por la cuarta vez bailaba con ella al compás de una horrible cacofonía, en medio de la cual se adivinaban a ratos frases de un vals de Strauss, cuando de golpe cesó la música con un pitazo lamentable del clarinete.
-¡Alto el baile!-gritó un individuo plantado con aire insolente en un extremo de la sala. La mano derecha empuñaba el clarinete que acababa de arrebatar al músico estupefacto.
El recién llegado, que parecía tener unos veintisiete años, era un mocetón alto y robusto, de cara que habría podido ser hermosa, a no estar desfigurada, por la honda cicatriz de un tremendo machetazo.
Los ojos de color indefinido miraban con inquietante insolencia.
Vestía chaqueta y llevaba un pañuelo de seda rojo anudado al cuello.
Alguien pronunció su nombre: “José Arias”, en tanto que él, muy tranquilo, examinaba cuidadosamente a todas las mujeres. De pronto tomó una decisión, devolvió el clarinete al músico aterrado, se fue derecho a María Carvajal, y, sin preámbulo alguno, apartando al aturdido novio, enlazó a la muchacha con sus brazos nervudos y  gritó:
-¡Ahora sí, música, maestro!
Los músicos no esperaron segunda orden y se pusieron a tocar desaforadamente, a la vez que el terrible contrabandista y María Carvajal giraban en medio de la sala, que se quedó desierta en un decir amén.
Las mujeres se santiguaban invocando los santos de su devoción. Los hombres, ardiendo en ira, se fueron en busca de sus cuchillos.
La presencia de José Arias en la vela era del todo casual; ningún habitante de aquellos contornos hubiera deseado tener en su casa semejante huésped por muchas razones: una de ellas, porque cuando a José Arias se le ponía entre ceja y ceja llevarse una muchacha a la grupa de su caballo, se la llevaba que no había remedio. Aquella noche iba pasando por allí con un compañero de aventuras, cuando  oyó la música y vio las luces de la vela. Su primera idea fue meterse en la casa a caballo, según lo acostumbraba en estos casos; pero como no tenía prisa, pensó luego que era mejor ir por las buenas, limitándose a bailar con la muchacha más guapa y seguir luego su camino. Tomaba esta resolución pacífica, dijo a su compañero que lo esperase un momento, echó pie a tierra, se quitó la espuelas, y como no meditaba ninguna pendencia, las colgó en el pomo de la silla junto con el largo cuchillo de cruceta que se desprendió de la cintura.
Ya se ha visto de qué manera entendía José Arias lo de ir por las buenas. Su natural fiero y semisalvaje no admitía ningunas formas y sólo sabía obrar a impulso de sus deseos y caprichos. De aquí que no comprendiese bien el alcance de su acto agresivo y se sorprendiera al ver entrar varios hombres con los cuchillos desenvainados.
-¡Ah coyotes!-gritó soltando a la muchacha que temblaba de miedo-Ahora van a ver quién es José Arias.
Con rápida resolución de hombre que no se acobarda, echó una mirada en torno buscando un arma con qué defenderse. No viendo cosa mejor, se abalanzó hacia el altar y arrancó la imagen de un tirón.
San Jerónimo pesaba horriblemente, pero el contrabandista, dotado de un vigor excepcional, lo levantó con ambas manos y sin esperar a sus adversarios arremetió contra ellos. Esto ya no osaban atacarlo. Sólo el novio de María Carvajal le descargó una cuchillada que cayó como un hachazo sobre la cabeza del santo.
-¡Los guardas! ¡Los guardas!-gritaron varias voces desde afuera.
Como por encanto se escabulleron los agresores del contrabandista. En aquel momento penetró Juan Rodríguez, revolver en mano; mas apenas tuvo tiempo de decir: “Dése preso”, cuando el pobre cayó descalabrado por un formidable santazo. Con la agilidad de una gamo pasó José Arias por entre los guardas sobrecogidos. Un minuto después galopaba saludado por los tiros que le disparaban Villalta y su gente; y como algunos querían perseguirlo para vengar a Juan Rodríguez, el cabo, que sabía la clase de caballos que montaba el bandido, les dijo sentencioso:
-Es inútil por hoy, muchachos. Quedémonos aquí, porque vale más pájaro en mano que ciento volando.
¡ Y qué pájaro tan gordo habían atrapado los guardas! Nada menos que el inhaliable Sa Jerónimo que yacía a la vera del pobre Juan Rodríguez, al cual sus compañeros ayudaban a levantarse. El cabo se quedó absorto examinando el santo. De pronto dio un grito de alegría:

-¡Ya pareció el peine! ¡Ya pareció el peine!-exclamaba a la vez que hacía mover un ingenioso mecanismo, disimulado en un dedo del pie izquierdo de la imagen y por el cual salía un chorrito de aguardiente clandestino. ¡ San Jerónimo sangraba  guaro!
Y Pedro Villalta, más contento que si hubiese descubierto las Américas, alzó la imagen y volviéndola a poner sobre el altar, dijo a sus compañeros maravillosos:
-Muchachos, adoremos al santo-y para dar ejemplo besó con devoción el pie del bienaventurado.
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A  la noche siguiente, gimiendo san Jerónimo con la cabeza rota en dura prisión, el gobernador de Alajuela y sus amigos cenaban alegremente, invitados por el comandante de la plaza que había perdido la apuesta.
(Cuentos Ticos, Un Santo Milagroso, consultado el 15 de julio del 2016, de https://egotunos.wikispaces.com/file/view/Un+Santo+Milagroso.docx)